SUPERALIMENTOS: ¿EXISTEN REALMENTE ALIMENTOS MÁGICOS?

¿QUÉ SON LOS LLAMADOS SUPERALIMENTOS?

En los últimos tiempos existe una tendencia a hablar de ciertos alimentos que
supuestamente tienen propiedades fuera de lo común, e incluso curativas. Pero ¿qué
hay de cierto en todo esto?
Lo primero que hay que saber es que el término superalimento se utilizó por primera
vez en una campaña publicitaria americana a mediados del siglo pasado y fue a
comienzos del siglo XXI cuando se empezó a extender el uso de este término para
presentar las bondades nutricionales de ciertos alimentos, sobre todo de aquellos que
resultan exóticos y provienen de otras latitudes.
A quién no le suena hoy en día alimentos como la quinoa, la chía, las bayas de Goji, el
kale y un largo etcétera. La mayoría de la población se ha familiarizado con estos
alimentos, incluso los ha implementado en su dieta, con la finalidad de beneficiarse de
sus propiedades elevadas, muchas veces, a un nivel casi mágico. Ejemplos de ello los
podemos encontrar en las redes sociales con alimentos que aseguran bajar de peso o
curar un resfriado con sólo tomárselos de una determinada manera.

ENTONCES ¿SE PUEDE HABLAR DE SUPERALIMENTOS?

La realidad es que no existe una definición legal y/o científica de este término. No hay
duda de que muchos de estos catalogados superalimentos pueden tener propiedades
beneficiosas para la salud, pero hay que tener en cuenta que no van a obrar milagros
per se, además de que existen muchos otros alimentos de nuestra cultura popular que
tienen los mismos efectos.

¿CUÁLES SON LOS SUPERALIMENTOS?

Avena, cúrcuma, jengibre, aguacate, bayas de Goji, espirulina, sal del Himalaya…El
listado de superalimentos no deja de crecer y se van haciendo cada vez más hueco en
los supermercados y en las despensas de las casas.

Las bayas de Goji, por ejemplo, originarias de China, son un fruto muy rico en fibra y
antioxidantes, sobre todo polifenoles, que pueden reducir enfermedades
cardiovasculares y diabetes tipo 2. No obstante, propiedades similares las podemos
encontrar sin ir más lejos en la ciruela.
Otro ejemplo clásico es la quinoa, cuyo uso se ha extendido entre la población por su
alto aporte de proteína y fibra. Sin embargo, existen otras alternativas más de nuestra
gastronomía local como son las legumbres de toda la vida; garbanzos lentejas o
alubias.
Con ejemplos como éstos, parece evidente que existen distintas alternativas a estos
superalimentos y que, curiosamente, no se consideran superalimentos.

LA IMPORTANCIA DE LA DIETA

Una buena alimentación es aquella que aporta todos los nutrientes necesarios para
que un organismo funcione correctamente. En este sentido, centrarnos en
determinados alimentos o superalimentos sin tener en cuenta el resto de lo que se
ingiere no es una buena idea.
Debemos, por tanto, prestar atención a la dieta en su totalidad y, a partir de ahí, incluir
o no estos superalimentos es una decisión personal. Ningún (super)alimento tiene de
manera aislada la capacidad para curar, adelgazar y/o desintoxicar. De nada sirve
incluir todos estos superalimentos si luego no llevamos una dieta equilibrada.

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