Todos sabemos que la época del embarazo es un momento de mucho cuidado para la madre, ya que, ello va a repercutir en el feto directamente.
Lo ideal es cuidarse antes, durante y después, pero si además el embarazo nos pilla justo en la época de verano y más en los últimos meses, donde el bebé es más grande, es conveniente tener en cuenta algunas recomendaciones:
- La primera y fundamental es estar continuamente hidratadas, beber agua, tomar fruta y tomar líquidos de forma frecuente, ya que, en el verano la deshidratación es más habitual. Hay algunos síntomas que podrían manifestarse si estamos deshidratándonos como por ejemplo tener la orina de color oscuro, mucha sed, boca seca, tensión baja,… es importante recalcar que si tenemos algún síntoma de estos enseguida bebamos agua y acudamos al médico para realizarnos una valoración.
- También podría darnos un golpe de calor. Los síntomas en este caso serían aceleración del pulso y de la respiración, tener fiebre alta (más de 40ºC), confusión, convulsiones, piel roja y caliente,… En este caso es importante acudir a urgencias.
- En la alimentación diaria es recomendable alimentos ricos en líquidos que sean de fácil digestión, evitar comidas copiosas y pesadas,… Es mejor hacer pequeñas ingestas a lo largo del día para que la digestión sea más fácil.
- Evitar abusar de la cafeína y de la teína, de las bebidas azucaradas y gaseosas, además de las comidas muy azucaradas.
- Si vamos a exponernos al sol mejor evitar las peores horas del día (entre las 12:00h y las 17:00h) y, además, utilizar crema solar de protección alta.
- Evitar realizar ejercicio físico en las peores horas de calor del día, mejor a primera o a última hora, y además mejor no realizar ejercicio muy intenso. Si no estamos acostumbradas a realizar ejercicio que sea algo moderado o ligero, lo conveniente es que sea algo continuo para que sea más beneficioso.
- Intentar estar en lugares con temperaturas frescas y agradables, con aire acondicionado si fuera necesario y, además utilizar ropa que deje transpirar y que sea fresca, también recomendamos evitar ropas que aprieten, sobre todo en la zona de la cintura.
- También algo que suele ocurrir en los meses estivales es que las piernas y los pies pueden hincharse más, es recomendable andar alrededor de media hora al día o hacer ejercicio moderado, además de tener las piernas cuando podamos en alto, realizar masajes para mejorar la circulación, mantenernos hidratados, no permanecer de pie mucho tiempo y así también intentaremos evitando el síndrome de piernas inquietas.
- Intentar descansar, que las zonas donde vayamos a dormir tengan una temperatura agradable y que la ropa que utilicemos sea holgada y cómoda para el descanso. Algo importante de recalcar es dormir el mayor tiempo que podamos del lado izquierdo, ya que, facilita el flujo sanguíneo hacía el bebé.
Llevando cuidado se puede disfrutar de un gran verano mientras se espera a ese bebé y, por supuesto, disfrutar de la playa y la piscina.
¡ESPERAMOS QUE TENGÁIS UN FELIZ VERANO!